El duelo es una reacción normal ante la pérdida de un ser querido, pero también ante la pérdida de un trabajo, de un ideal, de una situación social, de libertad…
A pesar de que se trata de una situación de máximo estrés y de gran alteración en la vida emocional, se espera que pasado el tiempo, se superará espontáneamente.
Signos del duelo
Con frecuencia el duelo se manifiesta con deseo de aislamiento, desinterés por el mundo, pesimismo, abatimiento, sentimientos de soledad, la vida se empequeñece y se dificulta. Se instala una mortificación constante y en casos, hay pocas ganas de vivir y de no abandonar al ser perdido. Esto ocurrirá de forma inevitable durante un tiempo, tiempo en el que el psiquismo hará el esfuerzo para vivir soportando la pérdida.
Cuando el proceso se alarga y se hace más y más intenso, ha llegado el momento de pedir ayuda al psicoanalista.
La ocultación del dolor
En nuestra sociedad se vive con la exigencia de estar siempre bien, hacer lo que produzca felicidad y ocultar el dolor. No hay sitio para la enfermedad, el sufrimiento o la muerte, haciendo que un proceso normal de superación se cronifique. Una pena demasiado visible inquieta a todo el entorno.
Duelo negado, duelo no superado
Cuando un duelo es sofocado y no se permite la suficiente elaboración, las consecuencias son caras. Los duelos no elaborados son una de las principales causas de enfermedad somática grave y de trastornos psicopatológicos. El detenimiento del duelo desemboca en un dolor continuo.
En la actualidad, el espacio social para elaborar el duelo resulta cada vez más reducido. La consulta al psicoanalista es el espacio donde se podrá restituir la pérdida y posibilitar la vida normal.
Dra. Encarna Muñoz
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