El hombre que nunca quiso tener hijos
Para mi este es un caso bien curioso. Se trata de un paciente que nunca fue mi paciente. Un hombre al que nunca conocí, ni seguramente conoceré. Y digo que se convirtió en mi paciente por que tuve que entenderle a él, para entender a la que sí fue mi paciente y a la que llamare Ana. Por aquel entonces Ana tenia unos cuarenta años.
A veces a la consulta llegan personas que son actores de tramas urdidas entre dos, y entonces es necesario tener en cuenta que puede tratarse de parejas tan complementarias que también lo son en lo traumático.
Un día Ana se presenta angustiada, desbordada por un incontenible mar de lagrimas, explicándome que su vida había acabado, que el amor de su vida, de la noche a la mañana, la había dejado de forma inexplicable, en el momento en que se suponía tenían que estar más unidos. Lo nombra como “el amor de mi vida”, “que lo eran todo el uno para el otro”, “que fueron la pareja ideal”, “que se apoyaron en el respecto mutuo” ,“ que siempre entendieron las necesidades que cada uno tenia” y una lista interminable de elogios.
¿Una pareja perfecta?
Nadie de su entorno entendía como aquella pareja perfecta se había podido romper. Ni ellos mismos podían explicarse qué había ocurrido para llegar hasta allí.
En un lago de lagrimas, Ana me explica que justamente en aquellos momentos, ella estaba sometiéndose a un tratamiento de fertilidad, porque después de años juntos habían decidido tener un hijo. No podían sospechar que aquella decisión mutua, seria el motivo de ruptura. O quizás sí que lo sospecharon, al menos de forma inconsciente lo qué explicaría por qué si no esperarían tanto para ser padres.
Hacía unos cuatro años, Ana había tenido un aborto de tres meses y mientras recordaba aquello en la consulta, se sorprendía de lo bien que se había tomado su marido el aborto, él propuso superar la situación con un viaje de varios meses en un velero. Ella no comprendió la felicidad que él irradiaba en aquel viaje en contraste con su propio estado de ánimo, pensó que sería para animarla. ¿Cómo era posible que tras el aborto, él estuviera tan exageradamente feliz y más enamorado que nunca? A ella se escapaba algo.
¿Por qué una pareja que funciona e incluso decide colmarse con un hijo, en medio del proceso de fertilización al que llegan por deseo mutuo, se rompe abruptamente?¿Qué falló? o mejor, ¿Qué fue lo que le sucedió a él?